Aun en la actualidad, el trato violento hacia los niños, niñas y adolescentes es considerado un método de crianza y de educación, y se continúa transmitiendo de generación en generación. La típica frase “Te pego, pero no te hago daño”, genera que los padres e hijos compartan la percepción de que la violencia que se ejerce hacia ellos dentro del hogar no supone daño o maltrato. Las normas sociales otorgan a los padres o personas con autoridad la posibilidad de recurrir a formas de castigo o agresión que traen consecuencias negativas a los niños, niñas y adolescentes.
¿Son los niños, niñas y adolescentes población vulnerable?
Sí, en la actualidad en los hogares 6 de cada 10 niños, niñas y adolescentes han sido golpeados alguna vez. Los castigos más frecuentes son los jalones de cabello y de orejas, cachetadas, nalgadas, mordiscos, siguiendo con los más agresivos como los puñetes, golpes con correa, sogas o palos, quemadura, ataques con cuchillos u otras armas. Más del 70% de los niños, niñas y adolescentes (principalmente mujeres) han sufrido violencia psicológica en sus hogares, entre ellos tenemos insultos, humillaciones, desaprobación, burlas, apodos hirientes y amenazas.
La responsabilidad de crianza recae principalmente en las madres. Por eso ellas son quienes castigan física y psicológicamente a sus hijos con mayor frecuencia. Los padres, por otro lado, son agresores menos frecuentes por ser los más ausentes, pero son más crueles cuando ejercen violencia.
¿Cuáles son los efectos de la violencia?
Los maltratos hacia los niños, niñas y adolescentes tienen efectos perjudiciales en el desarrollo cerebral, y los duros castigos corporales durante la infancia es un factor de estrés crónico de desarrollo asociado con la depresión, la agresión y las conductas adictivas.
Como resultado de los maltratos no solo se tienen lesiones físicas y psicológicas, sino también efectos graves como la muerte de los niños y niñas. Esta situación de extrema gravedad revela una cultura de violencia y tolerancia que es necesario erradicar.
¿Existe una ley que los ampare?
Sí. En diciembre del 2015 se aprobó la Ley N° 30403, que prohíbe el castigo físico y humillante para niños, niñas y adolescentes y establece la prohibición a que padres, madres o cualquier persona a cargo de los menores de edad el hogar, la escuela, la comunidad, lugares de trabajo utilice el castigo físico y humillante contra los niños, niñas y adolescentes. Con esta ley se busca, prevenir las prácticas equivocadas de utilizar la violencia para controlar a los menores de 18 años en cualquier espacio donde se desenvuelvan, ya sea el hogar, la comunidad y las instituciones.
¿Cómo pedir ayuda?
Si eres testigo, conoces algún caso, o sufres de maltrato en el cual se presuma la vulneración de los derechos fundamentales de una niña, niño o adolescente, puedes llamar gratuitamente a la Línea 1810 y hacer tu denuncia.
También puedes hacerlo a través de comisarías, la DEMUNA y la Línea 100 o en las oficinas de la Dirección de Protección Especial.
De igual modo puedes contactarnos mediante nuestra línea Aló Mujer al 924 495 414, donde te ofrecemos orientación psicológica por medios virtuales.